miércoles, 27 de julio de 2011

Julia Kristeva dictará conferencia en la Feria del Libro de Santiago, Chile



La destacada teórica del lenguaje y sicoanalista franco-búlgara visitará el país en noviembre.

por Pablo Marín

Cumplió 70 años en junio, pero de retirarse ni hablar. En marzo pasado Julia Kristeva, profesora emérita de la Universidad París Diderot, dictó allí un seminario doctoral sobre Louis-Ferdinand Céline. Chaqueta de cuero y anteojos rectangulares de marco verde pistacho, la filósofa, sicoanalista y teórica del lenguaje recordó en la ocasión que, según el controvertido autor de Viaje al final de la noche, lo que había al comienzo no era el verbo, sino la emoción.

Al mes siguiente, discutía en público sobre "la experiencia interior a contracorriente" junto a su marido, el escritor Philippe Sollers. Y el 9 de junio figuraba de invitada en un programa televisivo donde le preguntaron sobre el bullado proceso a Dominique Strauss-Kahn. Excusándose de opinar por no tener suficiente información, dijo sin embargo que este caso autorizaba una pregunta: "¿Qué es la sexualidad de un hombre?".

A un país con larga tradición de intelectuales públicos, Kristeva llegó a mediados de los 60 y se ha sumado a la lista. Eso sí, lo ha hecho a su manera ecléctica, alzándose como figura distintiva, provocadora, discutida y reconocida a ambos lados del Atlántico (tiene una cátedra en la Universidad del Estado de Nueva York). Y algo de todo eso se evidenciará cuando aterrice en Santiago: invitada por la U. de Chile y la embajada de Francia, dictará el 9 de noviembre próximo en la Feria del Libro la conferencia "Políticas de la diferencia".

En y por el lenguaje

Nacida en la localidad búlgara de Sliven e hija de fieles de la iglesia ortodoxa, Kristeva se educó en la Alianza Francesa de Sofía y se aprestaba a escribir una tesis universitaria sobre el nouveau roman cuando postuló a una beca del gobierno francés que le permitió llegar a París en 1965.

Acogida por el teórico rumano Lucien Goldmann, contó también con el apoyo de Roland Barthes, quien la llamaría "la extranjera" y publicaría en 1970 un elogioso comentario de su primer libro, Sèméiotikè ("Kristeva cambia el lugar de las cosas: destruye siempre el último prejuicio, ese que a uno lo hace sentirse tranquilo y orgulloso"). Antes de convertirse en autora había conocido al lingüista Emile Benveniste, de quien tomaría muy a pecho eso de que es "en y por el lenguaje que el hombre se convierte en sujeto". También socializó con Claude Lévi-Strauss, Jacques Lacan, Michel Foucault y el grupo de la revista Tel Quel, partiendo por el mencionado Philippe Sollers.

Con amplios estudios del formalismo ruso, se valió de los desarrollos del teórico Mijail Bajtín para ir más allá del estructuralismo (apuntando a un "post-estructuralismo" que quería ver el desarrollo en el tiempo de los fenómenos del lenguaje), gracias a conceptos como el de intertextualidad: "Todo texto", diría, "es la absorción o transformación de otro texto".

En tiempos agitados, Kristeva desarrolla una teoría inédita del texto con raíces diversas y muy atenta a lo que las vanguardias literarias han hecho con el lenguaje: cómo lo desestabilizan y refundan. También la dimensión erótica y corporal de la lectura tendrá algo que decir. Como en Lacan, el tránsito por la estética asoma ineludible.

Igualmente, Kristeva coquetearía con el maoísmo, viajando incluso a China en 1974. La experiencia dio pie a una decepción, pero también a un libro acerca de las mujeres chinas y a una introspección que la llevaría a ahondar en el sicoanálisis, al punto de transformarse ella misma en sicoanalista.

Autora de abundantes reflexiones sobre la mujer, ha sido sin embargo resistida por los movimientos feministas, sin perjuicio de lo cual su trilogía acerca del "genio femenino" (ensayos sobre Hannah Arendt, Melanie Klein y Colette) ganó cierto reconocimiento. Otro tanto han conseguido sus trabajos sobre la xenofobia y la migración. En este ámbito surgió Extranjeros para nosotros mismos (1988), acaso el más conocido de sus libros en castellano fuera del espacio académico: diferencia, coexistencia, aceptación, reconocimiento y otredad son cuestiones que la tocan en lo personal, que se asoman a su teoría y que se conectan con un candente tema contemporáneo.

Casi toda la bibliografía de Kristeva está traducida al inglés. Asimismo, una porción considerable del ámbito universitario de EEUU que comulga con los desarrollos posmodernos la ha acogido de buen grado. Como si le faltaran ámbitos en los cuales desarrollarse, Kristeva también ha incursionado en la narrativa. Es autora de las novelas Los samuráis y Posesiones.


Vía: diario.latercera.com

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